martes, 10 de enero de 2017

4 errores que no debemos cometer al promocionar nuestros libros


Buenos días, Feliz navidad y Feliz año nuevo. He estado más de un mes sin aparecer por aquí, ni por Facebook y casi nada por Twitter. Problemas de salud. Pero ya está todo bien. Ya estoy completamente operativo.

Para empezar el año con buen pie vamos a hablar de cómo hacer un marketing que atraiga a nuestros lectores. Como sabes, este blog está ligeramente orientado a promocionar libros, pero todo lo que cuento por aquí, se puede aplicar a cualquier producto. Al fin y al cabo, le pese a quien le pese, un libro es un producto. Y como tal, se debe vender.

¿Vamos allá?

No ser original

Cuando empecé a promocionarme como escritor cometí muchos fallos. Ya sabes, era joven, inexperto… y me creía el rey del mambo. Y solo soy el rey de la casa. Y eso solo cuando no está mi novia (y la perra me está disputando el puesto). El caso es que me creé mi blog, La guarida de las palabras, y empecé a rellenarlo. ¿De qué? De todo lo que pillaba. Noticias de cine, de literatura, hablaba de mi libro… Y no había visitas. No había nada. Y es que… ¿a quién le importa mi libro? ¿A quién le importa una noticia que está en multitud de páginas webs y blogs?

Tenemos que ser conscientes de lo que podemos ofrecer. Si eres un escritor desconocido, a la gente le importa un pepino el libro que llevas escribiendo cinco años. ¿Qué más les da? Tenemos que atraerlos, como el flautista de Hammelin a los ratones (¿o eran ratas?). ¿Cómo lo hacemos? Siendo originales. Aportando algo que no aporten los demás blogs o dándole un punto de vista distinto. Solo así, conseguirás que la gente visite (y vuelva) a tu blog.

No ser útil

Aparte de original un blog debe ser útil. Pero no útil en plan “Arregla la cisterna del váter en 5 minutos” (que también, si tu blog es de fontanería). Cuando hablamos de que el blog debe ser útil nos referimos a que aporte algo al lector, ya sea entretenimiento, información, diversión… lo que sea. Que la persona que está al otro lado de la pantalla no se quede pensando que para qué entra en tu blog.

Promocionar tu novela, no a ti mismo

Sí, lo sé, es una ironía teniendo en cuenta el título del post, pero ahora verás a qué me refiero. Este es un error que yo cometí al principio. Publicas una novela y… ¡zasca! Le creas una cuenta en Twitter, una página de Facebook, una cuenta en Instagram... Para hacer… ¿qué? Si yo creo una cuenta sobre Riverside Falls, tendría que hablar de esa novela. Pero la información, tarde o temprano, se me va a acabar. No puedo estar hablando de la misma novela siempre. ¡Peor aún! Si creo una para Riverside Falls, otra para Quinox, otra para La cabeza de la serpiente… y así con todas, tengo que mantenerlas todas. ¿Y cuándo escribo? ¿Cuándo como? ¿Cuándo vivo?

En lugar de eso, es más práctico promocionarse uno mismo como autor y que el lector decida qué novela comprar. Una cuenta de Twitter con tu nombre; una página de Facebook con tu nombre… y así todo está más ordenadito y el posible lector no se pierde. ¡Y es más fácil para ti!

Para vender, olvídate de vender

Hay quien dice que las Redes Sociales (cuando se usan como medio de promoción) se usan para vender. Yo no lo veo así. Al principio, antes de hacer mis cursos de marketing online, antes de interesarme por este mundo, sí. Abría Twitter y empezaba a poner enlaces a mis blogs. Ahí, a lo bestia, a las bravas. El resultado era que apenas me retuiteaba nadie, ni comentaban nada. Porque, hablando claro, eso es un coñazo.

Con el tiempo me he dado cuenta de que no tienes que meterle tu libro por la nariz a la gente para que lo compre. Tienes que enseñárselo, atraerlos. No es lo mismo el spam indiscriminado que darle información a la gente que te sigue. Información sobre el género que tratas, información sobre tu sector. Eso hará que tu blog (o Red Social) sea más atractivo. La gente lo visitará más asiduamente y a la cuarta vez pensaran: “¡Anda! Si el que escribe este blog es escritor. Voy a pinchar en este enlace que pone “Obra” a ver qué libros tiene. Éste tiene buena pinta. ¡Voy a probar a leerlo! ¡A ver qué tal!”. Y ahí lo tienes. Una venta ganada limpiamente.

Evidentemente, de vez en cuando tienes que hablar de tu libro: cuando vayas a publicarlo o cuando haya alguna oferta o, simplemente, de vez en cuando (valga la redundancia). Pero incluso en esto tienes que ir con cuidado. Como he dicho más arriba, tienes que atraer al lector a tu libro, no metérselo por las narices. No es lo mismo una entrada de blog en la que digas que has publicado tal libro, que una entrada en la que cuentes cómo lo escribiste, en qué te inspiraste, en la que hables de algún escenario, personajes… cosas así. Intenta generar interés por tu libro sin llegar a dar la tabarra. ¿Ejemplos?


La conclusión es que para vender un libro (o cualquier producto en general) debes generar interés por él. No vale solo con anunciarlo (eso es publicidad, no marketing). Además, así es más divertido ¿no? ¿Qué opináis?

2 comentarios:

  1. Muy interesante tu entrada.
    Sin lugar a dudas ser original y dedicarle tiempo al contenido que creas es más divertido en proceso y resultado. Aunque Internet es tan grande que cada vez cuesta más ser verdaderamente original: es fácil no seguir la moda, pero no tan fácil abordar un método que no hayan seguido algunos antes en cuanto indagas un poco más profundo del bombardeo inicial.

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  2. Hola!! Gracias por pasarte por aquí. Evidentemente no es fácil. Las cosas que valen la pena rara vez lo son. Pero eso es lo divertido, es como un juego. jejejeje

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